El estrés puede manifestarse de muchas formas distintas, tanto conductuales como físicas. Los síntomas conductuales y cognitivos
pueden incluir procrastinación, problemas de concentración, problemas de memoria
abuso de sustancias y retraimiento; los síntomas emocionales pueden incluir irritabilidad, inquietud y
un temperamento rápido. Los síntomas físicos pueden variar y suelen basarse en la activación del
sistema nervioso simpático. Pueden incluir trastornos del sueño, dolores de cabeza,
rigidez muscular, trastornos gástricos e hipertensión (Gelberg y Gelberg, 2005; Williams et al., 2005).
Las principales causas de estrés pueden dividirse en estresores académicos y no académicos. Los estresores académicos
pueden incluir largas jornadas de trabajo, competitividad con los compañeros, equilibrar los intereses animales y
humanos, enfrentarse a la muerte de animales y tratar con clientes. Los factores estresantes no académicos
pueden incluir problemas económicos, problemas relacionales, desequilibrio en la vida laboral y un mal
horario de sueño (Collins y Foote, 2005; Hafen et al., 2008; Kogan et al., 2005; Strand et al.,
2005; Weston et al., 2017; Williams et al., 2005).
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